La nueva etapa comenzará a partir del año 2000, cuando los parámetros de la votación cambian radicalmente. Crece el fenómeno de los eurofans y la gran eclosión digital de los medios 2.0 origina un sistema de participación directa de los televidentes: el voto telemático.
El festival, progresivamente y hasta nuestros días, dejará de ser un espectáculo televisivo en Europa para convertirse en un espectáculo global, en inglés, que se emite por internet a todo el mundo y se sigue y comenta a través de redes sociales en tiempo real.
A la eclosión digital se suma un reconocimiento progresivo de la diversidad en general y de la sexual en particular.
En el año 2000, la televisión sueca organiza el primer festival del nuevo milenio, con un macroconcierto para 13.000 espectadores. Este evento marca el inicio de la participación activa de los eurofans junto al escenario, transformando la dinámica de los festivales. Se pasa de un público de personalidades formales a uno festivo, disfrazado y participativo con banderas de todos los colores. En los años siguientes, el formato se consolida, con la televisión danesa llevando el festival a un estadio de fútbol para 35.000 personas en 2001.
El formato televisivo ha cambiado mucho y Eurovisión evoluciona de acuerdo con los nuevos formatos. En la televisión triunfan los reality shows y el contenido musical no está exento de este formato. Televisión Española, en la temporada 2001-2002, bate récords de audiencia con un programa llamado Operación Triunfo, de donde saldrá el cantante y la canción que representará a España en el festival de 2002. En otras televisiones europeas también se instaurarán formatos similares para elegir la canción eurovisiva. Es la época dorada de programas como The Voice, X Factor, Idols o Star Academy. Las galas internas de televisión para seleccionar representante de cada país tienen mucha repercusión y son un referente para los seguidores del festival.

